Los animales

La primera vez que recorrí el Parque Nacional del Yasuní (Amazonia Ecuatoriana) viajé en una canoa repleta de estadounidenses. Nos dirigíamos a la Estación de biodiversidad Tiputini que la Universidad San Francisco de Quito tiene en el corazón de la selva amazónica. Yo fui por una extraña atracción hacia ese lugar. Ellos —lo entendí rápido— iban para observar pájaros. Pasaban horas y horas con sus prismáticos y catalejos oteando el horizonte hasta que aparecía una de las 598 aves que habitan ese vergel. La garza Agamia agamí puede verse con paciencia y horas de espera. El paujil nocturno salvaje es más difícil de contemplar. Aunque podríamos incluirlos en la categoría anterior, los animales —reales y legendarios; abundantes o extintos— se han convertido en un hilo conductor de diversas guías de viajes.